"Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de ellas pueda estar en condiciones para llegar a la independencia."
El Método Montessori, considerado como una educación para la vida, está inspirado en el humanismo integral, que postula la formación de los seres humanos como personas únicas y plenamente capacitadas para actuar con libertad, autonomía y creatividad.
Se sirve de los siguientes aspectos para lograrlo:
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Ayuda al desarrollo natural del ser humano
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Brinda seguridad y respeto al niño lo que estimula a formar su carácter y manifestar su personalidad.
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Permite al niño conquistar su libertad con responsabilidad para ser y pertenecer, para escoger, desarrollarse y responder sus necesidades
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Guía al niño en su formación emocional e intelectual
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Reconoce que el niño se construye a sí mismo.
La Metodología Montessori entiende:
A.- Desarrollar una educación con autonomía en un ambiente preparado libre de obstáculos y dotado de materiales apropiados. Tomándose en cuenta que el ambiente preparado incluye: el material, la guía y el entorno.
B.- La libertad, actividad, individualidad, como elementos del desarrollo natural de los niños y niñas respetando la vida infantil y sus procesos.
El Adulto (Guía, maestra, profesores, padres...)
El adulto es un nexo con el entorno. Su papel es preparar el ambiente para que tenga las características idóneas de acuerdo a las necesidades individuales. Debe tener un conocimiento claro sobre el material y el ambiente preparado.
Ante todo debe ser un observador de los intereses y necesidades individuales de cada ser.
El respeto al ritmo interno es un factor fundamental en este proceso.